¿Combatir el cambio climático comiendo menos para vivir más?
¿Combatir el cambio climático comiendo menos para vivir más? Es posible, dentro de una serie de parámetros. Por un lado, es un hecho que comer menos significa consumir menos recursos. Si además el menú no se basa tanto en el consumo de carnes ni procesados sino en plantas y pescado, estamos logrando una mayor sostenibilidad. Es decir, avanzamos en la lucha climática.
Comer menos para vivir más
Ahora, la pregunta es: ¿comer menos significa vivir más? Podría serlo. Al menos, es una corriente teórica con líneas de investigación como la del doctor Valter Longo, bioquímico e investigador de la longevidad en Italia y también profesor de gerontología y director del Instituto de Longevidad de la USC en California. Ha creado una dieta que persigue la longevidad de las células y, por lo tanto, también del ser humano, basada en plantas y frutos secos con suplementos y galletas de col rizada, publica The New York Times.
Con ella se acerca al ayuno, pero sin que lo sea para, según él, facilitar que las células se deshagan de la carga dañina y no se deterioren o, aún mejor, rejuvenezcan. De este modo, lo que se viva podría ser más y también se persigue una calidad de vida. La vida larga pagando la factura de las enfermedades y la decrepitud no es su objetivo.
Frenar para prevenir
Con este mismo enfoque, el cambio climático tampoco debería enfrentarse exclusivamente intentando defendernos de sus consecuencias, sacrificando la prevención, es decir, sin frenar su avance. No se trataría, por lo tanto, de prevenir los efectos sin evitarlos, sino de frenar su avance para evitarlos. Un menor consumo de carne, teniendo en cuenta lo nefasta que es la ganadería para el cambio climático, y de alimentos en general revertiría en un planeta más limpio y menos abocado al avance del cambio climático.
La hipótesis o propuesta se cae, sin embargo, si la población no deja de aumentar. Aunque esto parece no ser la tendencia actual, pues noticias recientes señalan que la población mundial se va a reducir en apenas unas décadas, en contra de los vaticinios que decían lo contrario.
Cambio climático imparable
Recordemos que el cambio climático que el ser humano ha provocado con la emisión de CO2 y otros gases invernadero, se ha disparado de forma incontrolable. No porque no se pueda controlar, técnicamente es posible, sino porque el mundo está demostrando que no va a hacerlo de forma lo suficientemente rápido y contundente como para detenerlo o, siendo más realistas, ralentizarlo.
El avance del cambio climático, según predicciones basadas en los modelos climáticos, no se detiene y su ritmo alcanzará un umbral en las próximas décadas o siglos que acabará por convertir el planeta en un lugar inhóspito para la vida. En el camino, los eventos extremos serán cada vez más intensos, imprevisibles y destructivos; las migraciones y los conflictos armados afectarán especialmente a los más países más pobres y también sufrirán sus efectos más dramáticos las personas vulnerables. Imagen: Prathmesh Sardesai.