El cambio climático, una terrible herencia
Un estudio de la Universidad de Columbia y la Universidad de Stanford (Estados Unidos) concluye que el cambio climático es una herencia nefasta para las futuras generaciones. No solo porque los niños son especialmente vulnerables al cambio climático ya la contaminación del aire sino porque también afecta a su salud física y mental de los jóvenes, sobre todo de los más desfavorecidos.
Ya están sufriendo sus efectos niños y jóvenes. Las olas de calor, por ejemplo, se asocian a un mayor riesgo de parto prematuro y los eventos extremos de calor o frío ya han expulsado a más de 50 millones de niños de sus hogares, solo en Estados Unidos son casi un millón. Unos 7,4 millones de niños estuvieron expuestos al humo de los incendios forestales que asolaron los Estados Unidos entre 2008 y 2012.
Y la contaminación del aire hoy afecta especialmente a mil millones de niños expuestos a niveles muy elevados. No solo aumenta el riesgo de mortalidad, también la calidad del vida, los trastornos del desarrollo, la reducción de la cognición y en general los problemas de salud mental.
Prevenir y mitigar
El estudio también señala la importancia de actuar en dos frentes, abordando tanto la adaptación como la mitigación. En particular, la primera ayuda a proteger a los niños con diferentes medidas como proporcionar recursos tan vitales como el agua donde hay o se prevén sequías, mientras la mitigación se centra en reducir los combustibles fósiles y fomentar la energía verde para mejorar la calidad del aire y también frenar el avance de la crisis climática.
Otras medidas de adaptación se refieren a implementar sistemas de alerta temprana para inundaciones y contaminación del aire o la creación de áreas de viviendas con sombra, además de otros aspectos que intentan reducir las desigualdades relacionadas con los efectos del cambio climático con medidas climáticas y, en general, programas que busquen una mayor equidad social. Por último, el trabajo hace un llamamiento a los profesionales de la salud para que tengan en cuenta estas situaciones y presten especial atención a los niños y sus familias. Su labor puede ser de gran ayuda para atenderlos, también para alertar a las autoridades sobre sus necesidades, así como para educar a las familias con información que pueda resultarles valiosa.